Ansiedad

¿Cómo se siente un ataque de ansiedad? Te servirá saberlo

Trabajando los episodios
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Tiempo de lectura estimado: 11 minutos

Los ataques de ansiedad pueden ser experiencias abrumadoras, que llegan de forma repentina y provocan una sensación intensa de miedo o pánico. Durante un ataque de ansiedad, es común sentir que se pierde el control sobre el propio cuerpo o la mente. Pero, ¿cómo son realmente estos episodios? Aquí exploramos los síntomas principales y cómo reconocerlos.

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Puntos principales

  1. Síntomas físicos: Los ataques de ansiedad provocan palpitaciones, sudoración excesiva, y sensación de ahogo.
  2. Sensación de irrealidad: Es común sentir que lo que está ocurriendo no es real, lo que genera mayor desconcierto.
  3. Miedo a perder el control: A menudo se experimenta un miedo irracional a perder el control o volverse loco.
  4. Duración limitada: Aunque intensos, estos episodios suelen durar entre 10 y 30 minutos.
  5. Causas diversas: Factores como el estrés, la genética o incluso situaciones cotidianas pueden desencadenar ataques de ansiedad.
Psicólogo

¿Cómo son los ataques de ansiedad?

Un ataque de ansiedad suele comenzar de manera abrupta y alcanzar su máxima intensidad en unos pocos minutos. Los síntomas físicos incluyen un aumento repentino de la frecuencia cardíaca, sudoración, temblores y dificultad para respirar. A nivel mental, la persona puede sentir una intensa sensación de peligro inminente, acompañada de miedo a morir o perder el control. Algunos describen este estado como si estuvieran «desconectados» de la realidad. Aunque parecen interminables, los ataques suelen durar entre 10 y 30 minutos. Después, la persona queda agotada y emocionalmente afectada.

Síntomas frecuentes

Identificar los síntomas puede ayudar a actuar rápidamente y evitar que la ansiedad se desborde.

SíntomasDescripciónEjemplos
PalpitacionesAumento repentino de la frecuencia cardíacaEl corazón parece salirse del pecho
Dificultad para respirarSensación de asfixia o ahogoIncapacidad para respirar profundamente
Sudoración excesivaSudoración repentina, especialmente en manos y rostroManos sudorosas sin razón aparente
Mareo o desmayoSensación de desbalance o de perder el conocimientoMareos intensos durante el episodio
Miedo a perder el control o morirSensación de peligro inminentePensar que se está teniendo un ataque cardíaco
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8 desencadenantes principales de ataques de ansiedad

1. Estrés prolongado

El estrés crónico sobrecarga el sistema nervioso simpático, lo que aumenta los niveles de cortisol y adrenalina. Este estado de alerta constante agota las reservas del cuerpo, lo que lo hace más vulnerable a los ataques de ansiedad. El cerebro comienza a interpretar situaciones comunes como amenazas debido al estado elevado de estrés, lo que provoca una reacción de pánico. A largo plazo, el estrés afecta la capacidad del cerebro para manejar la ansiedad, creando una predisposición a estos ataques.

  • Ejemplo: Un trabajador enfrenta semanas de presión constante para cumplir plazos, lo que eventualmente provoca un ataque de ansiedad en una reunión.
  • Cómo trabajarlo: Realizar ejercicios de relajación, como la meditación diaria, ayuda a reducir los niveles de cortisol. Establecer límites en el trabajo y realizar actividades placenteras fuera del horario laboral también reduce el impacto del estrés en la salud mental.

2. Consumo excesivo de cafeína

La cafeína estimula el sistema nervioso central, aumentando la producción de adrenalina y elevando el ritmo cardíaco. Este incremento puede imitar los síntomas de un ataque de ansiedad, como la sudoración, temblores y una mayor frecuencia cardíaca. Cuando el cuerpo está sobreestimulado, especialmente en personas con predisposición a la ansiedad, esta sensación puede desencadenar un ataque completo. Además, la cafeína puede interferir con los neurotransmisores relacionados con el estado de ánimo, como la serotonina, agravando los síntomas.

  • Ejemplo: Alguien toma varias tazas de café por la mañana, lo que causa nerviosismo extremo y desemboca en un ataque de ansiedad antes de una presentación importante.
  • Cómo trabajarlo: Reducir la ingesta de cafeína o sustituirla por tés naturales con bajo contenido estimulante, como el té verde o infusiones de hierbas relajantes, puede prevenir la sobreestimulación. Es recomendable también beber suficiente agua para mantenerse hidratado y equilibrar los efectos de la cafeína.

3. Falta de sueño

El sueño es crucial para regular el sistema nervioso y procesar el estrés del día. La falta de sueño afecta la capacidad del cerebro para gestionar las emociones, lo que amplifica las respuestas de ansiedad. La amígdala, que regula las emociones, se vuelve hiperactiva cuando el cerebro está privado de sueño, lo que puede provocar que situaciones cotidianas se perciban como amenazantes. La falta de descanso también afecta el equilibrio de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, aumentando la probabilidad de sufrir ataques de ansiedad.

  • Ejemplo: Una persona que ha dormido menos de 5 horas por varias noches comienza a experimentar ansiedad intensa en situaciones de baja presión, lo que desencadena un ataque de ansiedad durante una interacción social.
  • Cómo trabajarlo: Establecer una rutina de sueño consistente, evitar el uso de pantallas al menos una hora antes de dormir y crear un ambiente oscuro y tranquilo en el dormitorio puede mejorar la calidad del sueño. Practicar técnicas de relajación antes de acostarse, como la respiración profunda o escuchar música suave, también puede ayudar a conciliar el sueño.

4. Exposición a fobias

Las fobias son miedos intensos e irracionales a situaciones, objetos o entornos específicos que activan la respuesta de «lucha o huida» del cuerpo. Esto se debe a que la amígdala y el sistema límbico, responsables de gestionar el miedo, liberan grandes cantidades de adrenalina cuando se enfrentan a un desencadenante fóbico, incluso si el peligro no es real. Este estado de alerta sobrecarga el cuerpo, causando síntomas físicos como temblores, sudoración, y aumento del ritmo cardíaco, lo que puede escalar rápidamente a un ataque de ansiedad.

  • Ejemplo: Alguien que tiene una fobia a los ascensores experimenta una sensación de sofoco, mareos y palpitaciones al verse obligado a usar uno, lo que desencadena un ataque de ansiedad antes de que el ascensor se cierre.
  • Cómo trabajarlo: La terapia de exposición gradual es uno de los tratamientos más efectivos para las fobias. Con el apoyo de un terapeuta, se enfrenta al estímulo fóbico de forma controlada y progresiva, reduciendo la respuesta de ansiedad con el tiempo. También se pueden utilizar técnicas de relajación, como la respiración profunda, durante la exposición.
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5. Eventos traumáticos

Los recuerdos de eventos traumáticos activan la amígdala, que desencadena respuestas emocionales extremas como si el evento estuviera ocurriendo de nuevo. Esta reactivación del trauma puede generar síntomas físicos como la aceleración del corazón, sudoración, y una sensación intensa de miedo o pérdida de control. El cerebro, al percibir estos síntomas como una amenaza real, intensifica la reacción de pánico, causando un ataque de ansiedad. La asociación entre el trauma y ciertos estímulos o lugares puede agravar la frecuencia de estos episodios.

  • Ejemplo: Una persona que fue testigo de un accidente grave comienza a experimentar un ataque de ansiedad cada vez que escucha sirenas, reviviendo las emociones del evento traumático.
  • Cómo trabajarlo: La Terapia de Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares (EMDR) es especialmente efectiva para tratar los recuerdos traumáticos, ayudando a reprocesar las emociones asociadas al trauma. Además, las terapias basadas en la exposición controlada permiten reducir la respuesta de ansiedad frente a los desencadenantes del trauma.

6. Cambios hormonales

Las fluctuaciones hormonales, como las que ocurren en la pubertad, el embarazo, la menstruación o la menopausia, pueden afectar los neurotransmisores del cerebro que regulan el estado de ánimo y la ansiedad. La disminución de estrógenos o progesterona, por ejemplo, está vinculada a una reducción de la serotonina, que es crucial para el bienestar emocional. Estos cambios también pueden alterar la capacidad del sistema nervioso para manejar el estrés, lo que aumenta la susceptibilidad a los ataques de ansiedad.

  • Ejemplo: Una mujer experimenta picos de ansiedad antes de su menstruación debido a la caída de estrógenos, lo que la lleva a un ataque de ansiedad al enfrentar un reto cotidiano.
  • Cómo trabajarlo: Monitorear los síntomas de ansiedad en relación con los ciclos hormonales puede ayudar a predecir los momentos más vulnerables. Es beneficioso incorporar alimentos ricos en magnesio y vitamina B6 en la dieta, que apoyan la regulación del sistema nervioso. Consultar con un médico también es útil para considerar opciones como suplementos hormonales o tratamientos específicos para equilibrar los niveles hormonales.

7. Hiperventilación

La hiperventilación es una respiración rápida y superficial que disminuye los niveles de dióxido de carbono en la sangre. Esta reducción altera el pH de la sangre, lo que provoca síntomas como mareos, visión borrosa, desmayo y sensación de ahogo. Estos síntomas físicos intensifican la percepción de peligro, lo que aumenta la ansiedad y puede generar un ataque completo. El cuerpo interpreta erróneamente esta alteración química como una amenaza, agravando la respuesta emocional.

  • Ejemplo: Una persona que está nerviosa antes de una exposición pública comienza a hiperventilar, lo que genera una sensación de ahogo y desencadena un ataque de ansiedad completo.
  • Cómo trabajarlo: Practicar técnicas de respiración profunda y diafragmática puede ayudar a equilibrar los niveles de dióxido de carbono y restaurar la calma. Es recomendable aprender a ralentizar la respiración, inhalando profundamente por la nariz y exhalando lentamente por la boca, lo que permite reducir los síntomas físicos que agravan la ansiedad.

8. Cambios importantes en la vida

Cambios significativos, como una mudanza, pérdida de empleo o separación, generan una sensación de pérdida de control y seguridad. Estos eventos alteran la estabilidad emocional y activan la respuesta de ansiedad, ya que el cerebro percibe lo desconocido como una amenaza. La incertidumbre asociada con estos cambios puede intensificar las respuestas de ansiedad, activando el sistema de alerta y provocando ataques de ansiedad en momentos clave.

  • Ejemplo: Alguien que ha perdido su trabajo comienza a experimentar ataques de ansiedad durante las entrevistas debido a la inseguridad sobre su futuro profesional.
  • Cómo trabajarlo: Crear nuevas rutinas y encontrar redes de apoyo son clave para reestablecer un sentido de control y estabilidad. La terapia cognitivo-conductual (TCC) también puede ayudar a reestructurar los pensamientos negativos asociados con los cambios, enseñando al cerebro a manejar la incertidumbre de manera más saludable.

Conclusión

Los ataques de ansiedad pueden ser aterradores, pero existen muchas formas de enfrentarlos y manejarlos. Entender los síntomas y los desencadenantes es el primer paso para superarlos. Si los ataques de ansiedad están afectando tu vida, buscar ayuda profesional es crucial. Con técnicas como la respiración controlada, la terapia y el apoyo emocional, es posible recuperar el control. Si tú o alguien que conoces está sufriendo de ataques de ansiedad, no dudes en buscar ayuda. Inicia tu terapia online aquí.

FAQ

¿Cuáles son los síntomas de un ataque de ansiedad?

Los síntomas de un ataque de ansiedad pueden variar, pero comúnmente incluyen un aumento del ritmo cardíaco, dificultad para respirar, sensación de ahogo, mareos, temblores, sudoración, dolor en el pecho y una sensación inminente de peligro o muerte.

¿Cuál es la diferencia entre ansiedad y un ataque de pánico?

La ansiedad es una respuesta emocional que puede ser normal en ciertas situaciones, mientras que un ataque de pánico es un episodio repentino de miedo intenso y síntomas físicos intensos. Los ataques de pánico son más intensos y generalmente ocurren sin motivo aparente.

¿Qué causa los ataques de ansiedad?

Los ataques de ansiedad pueden ser causados por una combinación de factores, como predisposición genética, niveles de estrés, traumas pasados y desequilibrios químicos en el cerebro. Cada persona puede tener desencadenantes específicos que desencadenan sus ataques de ansiedad.

¿Cómo puedo manejar un ataque de ansiedad en el momento?

Durante un ataque de ansiedad, es útil practicar técnicas de respiración profunda, concentrarse en objetos físicos a tu alrededor, buscar un entorno tranquilo y recordar que el ataque de ansiedad es temporal. Si es necesario, busca ayuda de alguien de confianza o un profesional de la salud.

¿Cuáles son algunas estrategias efectivas para controlar la ansiedad a largo plazo?

Algunas estrategias efectivas para controlar la ansiedad a largo plazo incluyen la práctica regular de ejercicios de relajación, la adopción de un estilo de vida saludable que incluya una buena alimentación y ejercicio regular, la identificación y manejo de pensamientos negativos, y el establecimiento de una red de apoyo social.

¿Cuál es el tratamiento para los ataques de ansiedad?

El tratamiento para los ataques de ansiedad puede incluir terapia de conversación, terapia cognitivo-conductual, medicamentos recetados y técnicas de relajación. Es importante buscar ayuda profesional para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado.
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